La energía solar fotovoltaica  es obtenida a partir del aprovechamiento de la radiación electromagnética procedente de nuestra estrella, el Sol.
La radiación solar que llega a la Tierra ha sido aprovechada por el ser humano desde la Antigüedad.

En la actualidad el calor y la luz solar puede aprovecharse por medio de fotoceldas o colectores térmicos transformándola en energía térmica o eléctrica.

La energía solar puede hacer grandes contribuciones a resolver o mitigar algunos de los más urgentes problemas que enfrenta la Humanidad como el Calentamiento  Global.

La energía solar es una forma de energía renovable que se obtiene del sol y se convierte en electricidad o en calor utilizable. El sol es una fuente de energía inagotable que proporciona una cantidad enorme y constante y se puede aprovechar mediante el uso de paneles solares.

La energía solar es limpia y no produce emisiones de gases de efecto invernadero, lo que la convierte en una alternativa respetuosa con el medio ambiente y la salud humana. Además, la energía solar es muy versátil y se puede utilizar en una amplia variedad de aplicaciones, desde iluminación y calefacción doméstica hasta la generación de energía eléctrica a gran escala.

Otras ventajas de la energía solar incluyen su capacidad para reducir la dependencia de combustibles fósiles y la vulnerabilidad a los precios del petróleo y del gas natural, su contribución a la creación de empleos verdes y su capacidad para mejorar la seguridad energética al reducir la necesidad de importar.

Sin embargo, la energía solar también presenta algunos desafíos, como el costo inicial de la instalación de paneles solares y la necesidad de baterías de almacenamiento para garantizar un flujo de energía constante durante la noche o en días nublados. A pesar de estos desafíos, la energía solar es una alternativa cada vez más popular y accesible para satisfacer las necesidades energéticas de la sociedad.